Dermatitis frecuentes en la infancia

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¿Qué es una “dermatitis”?
Muchas veces usamos su nombre en el día a día para referirnos a algunos procesos de la piel de nuestros niños, pero a veces no sabemos exactamente su significado, y… ¡puede hasta darnos incluso vergüenza preguntar al médico qué es eso exactamente! Como es lógico, nunca dejes de preguntar sobre algo que no conoces: una dermatitis es una reacción de la piel, generalmente como respuesta a un estímulo que la desencadena.




Lo normal es que si el niño tiene buen estado general (está contento, sonríe, juega, come y duerme bien) el proceso dermatológico sea uno de estos cuadros de dermatitis frecuentes o habituales. Pero recuerda que ante la presencia de otros síntomas añadidos, como por ejemplo fiebre, siempre debes consultar a tu pediatra para descartar otros cuadros que pueden producir también diferentes reacciones en la piel. Y en todo caso, ante un primer episodio de cualquier alteración cutánea, es muy recomendable acudir a tu médico para una primera valoración y aproximación iniciales, que ayuden a descartar otros cuadros y permitan hacer una orientación inicial del proceso.

Las dermatitis pueden ser de inicio rápido (en brotes ó agudas), y en estos casos las manchas suelen tener un color rojo intenso y habitualmente se presentan con picor; pero también pueden verse de forma más prolongada a lo largo del tiempo (crónicas) con lesiones más secas o con la piel incluso engrosada. Las más habituales en la infancia son la dermatitis atópica, seborreica, irritativas, del pañal o las de origen alérgico. Eso sí, recuerda que a veces los procesos dermatológicos pueden ser de difícil diagnóstico y pueden requerir bastante paciencia para poder manejarlos adecuadamente. Así que no desesperes rápidamente, que seguro que la paciencia termina dando sus frutos y todo termina bien.

¿Hay más cuadros de dermatitis?
Por supuesto que los hay, pero suelen ser menos frecuentes. Ese es el motivo por el que conviene acudir a tu pediatra o dermatólogo no sólo para el diagnóstico inicial, sino también para un adecuado seguimiento que te permita descartar con seguridad otros procesos menos habituales pero que pueden ser la causa de esa erupción que no termina de mejorar y que, en sus fases iniciales, a lo mejor es indistinguible de otras más frecuentes. Normalmente la mayoría serán de origen atópico, irritativo o alérgico, pero recuerda que es importante distinguirlas de otras erupciones, como las relacionadas con procesos febriles o infecciones, de tratamiento bien distinto a las descritas.


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