Situaciones que pueden complicar ligeramente la lactancia materna
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Situaciones que pueden complicar ligeramente la lactancia materna
Si tienes la sensación de que tienes poca leche, recuerda que los mejores estímulos son la succión del niño y el completo vaciado de uno (o ambos) pechos en cada toma. No olvides hacer una dieta completa y equilibrada con un pequeño aporte extra y tomar un litro de lácteos. Recuerda beber abundante agua.
Por otro lado, si lo necesitas puedes guardar tu leche en nevera hasta 24 horas, algo que te puede ser útil en determinadas circunstancias que te obliguen a estar separada de tu bebé en el momento en que le toque una toma.
Si tienes grietas en el pezón, no desesperes: son dolorosas, pero inocuas para el niño. Recuerda que en ocasiones tragan algo de sangre de las grietas con la leche, por lo que puede que veas esa sangre si el niño vomita. En esos casos el niño no suele tener ningún problema ya que la sangre es de tu pezón, no suya, pero si tienes dudas consulta a tu pediatra. Las grietas se previenen evitando el exceso de higiene en las mamas, pues determinados productos pueden resecar mucho la piel.
Si te notas el pecho muy hinchado puede que tu hijo tenga problemas para empezar a succionar, especialmente si el pezón se ingurgita y no sobresale demasiado. En estos casos puedes vaciarte tú misma un poco el pecho con la mano y posteriormente poner a tu hijo a tomar.
Situaciones que pueden complicar ligeramente la lactancia materna
Si tienes la sensación de que tienes poca leche, recuerda que los mejores estímulos son la succión del niño y el completo vaciado de uno (o ambos) pechos en cada toma. No olvides hacer una dieta completa y equilibrada con un pequeño aporte extra y tomar un litro de lácteos. Recuerda beber abundante agua.
Por otro lado, si lo necesitas puedes guardar tu leche en nevera hasta 24 horas, algo que te puede ser útil en determinadas circunstancias que te obliguen a estar separada de tu bebé en el momento en que le toque una toma.
Si tienes grietas en el pezón, no desesperes: son dolorosas, pero inocuas para el niño. Recuerda que en ocasiones tragan algo de sangre de las grietas con la leche, por lo que puede que veas esa sangre si el niño vomita. En esos casos el niño no suele tener ningún problema ya que la sangre es de tu pezón, no suya, pero si tienes dudas consulta a tu pediatra. Las grietas se previenen evitando el exceso de higiene en las mamas, pues determinados productos pueden resecar mucho la piel.
Si te notas el pecho muy hinchado puede que tu hijo tenga problemas para empezar a succionar, especialmente si el pezón se ingurgita y no sobresale demasiado. En estos casos puedes vaciarte tú misma un poco el pecho con la mano y posteriormente poner a tu hijo a tomar.
Etiquetas:
1.0. Recién Nacidos,
1.1. Lactantes,
2.1. Desarrollo y Niño Sano
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